sábado, 12 de julio de 2014

Cinco claves sobre el Decreto Ley que el Gobierno impone con ‘estivalidad’ y alevosía





Rajoy, con mayoría absoluta, es el presidente que más ha abusado de esta fórmula que sólo debe usarse “en caso de extraordinaria y urgente necesidad”


Mientras la mitad de los españoles está ya de vacaciones, o pensando en ellas,
quizás sorprenda a más de uno la actividad parlamentaria que tuvo lugar el jueces en el Congreso de los Diputados. Con estivalidad y alevosía se llevó a cabo, una vez más, uno de los episodios más caciquiles de lo que llevamos de legislatura. El Congreso debatió y aprobó el Decreto Ley del Gobierno que modifica 26 leyes y 47 normas de una tacada, mientras la oposición tuvo que conformarse con ejercer de convidado de piedra.

1. ¿Qué es un decreto ley?
Pese a la imagen contraria que existe en España, en una democracia parlamentaria como la nuestra es el Congreso el que hace las leyes, de ahí que se llame Poder Legislativo. Sin embargo, un decreto ley es una norma que dicta el Gobierno, es decir el Poder Ejecutivo, saltando por encima del Parlamento. Además, entra en vigor en el acto y en un máximo de 30 días deberá ser validado por el Congreso.

Semejante prerrogativa hace que un decreto ley deba ser aprobado “en caso de extraordinaria y urgente necesidad”, según el artículo 86 de la Constitución. Y no puede afectar a las instituciones del Estado, a los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos, ni a la autonomía de las Comunidades ni a los derechos electorales.

2. ¿Qué uso hace el Gobierno de Rajoy de ellos?
En teoría, con una mayoría absoluta aplastante como la que tiene el PP, no debería necesitar de los decretos leyes, a no ser que surgiese una situación “extraordinaria”. En la práctica, es el Gobierno que más ha abusado de ellos en los últimos tiempos. De hecho, ha aprobado más decretos leyes que leyes ordinarias (54 frente a 53). Y sólo en 2012, su primer año de legislatura, acudió a esta fórmula en 30 ocasiones. En total, teniendo en cuenta las leyes orgánicas, el 43% de las leyes de esta legislatura son decretos leyes. En la última etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, al que se le acusó también de abusar de esta medida para salvar que no tenía mayoría absoluta, el 29% eran decretos leyes.

3. ¿Qué consigue el decreto ley?
Hay tantos casos como colores. Cuando Rajoy criticó más fieramente los decretos leyes de Zapatero fue cuando usó dos para encauzar en el puente de diciembre de 2010 la crisis de los controladores aéreos, cuando se militarizó el espacio aéreo. Fuese de quien fuera la culpa, lo cierto es que se dio un caso de “urgente necesidad”.

Sin embargo, de esta manera se hurta el debate ciudadano por aprobarse sin motivo aparente en mitad del verano. Pero, sobre todo, se esquiva el debate parlamentario, ya que el PP podría aprobar igualmente en el Congreso todas las leyes que incluye el decreto ley aprobado este jueves. En ese caso, al menos, los diputados podrían presentar enmiendas y defenderlas durante más tiempo que los quince minutos que se dieron ayer por grupo. Y se podría llegar a negociaciones, ese elemento fundamental de la democracia que quieren hacer desaparecer con la “regeneración democrática” del pucherazo municipal.

4. ¿A qué afecta este decreto?
En total, y con 178 páginas, se cambian 26 leyes y se introducen 47 medidas que afectan a ocho ministerios distintos. Es lo que se conoce como ley escoba, una norma que modifica de una tacada varias a la vez para que el Gobierno pueda cambiar todo aquello que ya tenía planeado y que podría resultar molesto. Y, para colmo, por decreto ley.

Este decreto ley genera marcos para poder cerrar y privatizar aeropuertos, regula sectores como el cine, las empresas de trabajo temporal, crea un impuesto para los depósitos bancarios, da libertad de horarios comerciales a una decena de ciudades. ¡Hasta regula el uso de los famosos drones!

Sin embargo, la medida que más ha escandalizado es la de la privatización del Registro Civil, que ahora pasará a estar gestionado por los registradores mercantiles. Además del temor a que los datos personales pasen a estar en manos de quien pueda sacarles beneficio, destaca el hecho de que se apruebe por decreto ley una modificación que no entrará en vigor hasta julio de 2015. A no ser que la razón esté en que este mes entraba en vigor la ley sobre el Registro Civil que creó Zapatero hace tres años.

5. ¿Puede echarse atrás?
La portavoz parlamentaria del PSOE, Soraya Rodríguez, utilizó su limitada intervención para anunciar que llevarán este decreto ley al Tribunal Constitucional, y que lo hará “toda la oposición”. Sería bastante simbólico que lo único que consiguiese conciliar el Gobierno es el unánime rechazo del resto de grupos políticos, pero inútil.

Los tiempos del Tribunal Constitucional son de sobra conocidos, así como su ineficacia contra los decretos leyes. Para cuando los jueces hubieran dictado sentencia, el decreto ley ya llevaría mucho tiempo afectando a la vida de los ciudadanos. Y además, con su mayoría absoluta, y ya con más calma, el Partido Popular podría tramitar el decreto ley, ya aprobado, como un proyecto de ley normal.

Eso sí, existe una última posibilidad, que es la de votar a un Gobierno distinto dentro de un año y medio para que deshaga el camino. Es la máxima ventaja que tiene esto de la democracia… de momento.

Marcos Paradinas es redactor jefe de ELPLURAL.COM

Blog El Día de la Marmota

@mparadinas en Twitter

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